Investigadores de la UNAM alertaron que el dióxido de titanio, aditivo alimentario que se incluye en pastas dentales, productos lácteos, sustitutos de crema para café, así como en polvos para preparar aguas de sabor y dulces, entre otros, para dar apariencia atractiva a alimentos, podría provocar riesgos para la salud.
Los aditivos alimentarios son sustancias que se agregan a los alimentos procesados para mantener durante más tiempo su inocuidad, frescura, sabor, textura o apariencia, dio a conocer UNAM Global.
Refirió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido recomendaciones en cuanto a los límites de exposición al dióxido de titanio en lugares de trabajo, debido a que existe suficiente evidencia de los posibles daños que ocasiona en el tracto respiratorio.
La investigadora Yolanda Irasema Chirino López y sus colaboradores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM realizan estudios de los efectos de este aditivo al ser consumido en alimentos, y debido a la evidencia encontrada en los pulmones han advertido sobre los posibles efectos que tendría en el tracto gastrointestinal.
Al inhalarse, uno de los efectos del dióxido de titanio grado industrial es la inflamación de las vías respiratorias y por ello el dióxido de titanio grado alimenticio podría exacerbar procesos inflamatorios ya presentes en el tracto intestinal como consecuencia de enfermedades intestinales o colitis.
En los últimos años se han hecho innumerables estudios de este aditivo en el tracto respiratorio, pero muy pocos relacionados con el tracto gastrointestinal, ninguno de los cuales investigó su relación con el cáncer de colon.
En 2016, los investigadores universitarios publicaron el primer estudio en que se demostró la capacidad del dióxido de titanio grado alimenticio para exacerbar la formación de tumores en ratones y al año siguiente un grupo de investigadores en Francia publicó otro estudio en ratas.
Encontraron que al consumir este aditivo alimenticio se incrementó la cantidad de tumores en ratones con cáncer de colon.
Fuente: Excélsior