El proceso de austeridad que se planea aplicar al Senado tiene un tope en pagos ineludibles, pues tan sólo en impuestos como el ISR y el IVA, el Senado paga poco más de mil millones de pesos, más cerca de 400 millones de pesos para rentas, traslado de legisladores desde sus estados, energía eléctrica, telefonía, internet, equipos de cómputo, de fotocopiado, vigilancia y realización de foros y debates en torno a la tarea legislativa.
Además, el Senado tiene un pasivo contingente por 60 millones 639 mil 846 pesos por las demandas laborales de trabajadores despedidos, monto que crecerá una vez que Morena, que será la primera fuerza política que dominará el Senado, concrete el recorte de al menos 15% del personal.
Entre los pagos ineludibles está la compra de vales de despensa de amplia cobertura, que cuestan 55 millones 161 mil 712 pesos y que se entregan a los empleados sindicalizados y de mando.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, el Senado tiene este año un total de cuatro mil 905 millones 20 mil 100 pesos; el 81.6% se concentra en Servicios Personales, que es el concepto que paga los salarios de todos los trabajadores, colaboradores, asesores y las dietas de los senadores, así como en Otros Servicios Generales, que es la partida presupuestal de la que sale el dinero a los grupos parlamentarios, que es de un promedio anual de mil millones de pesos.
La Constitución prohíbe en el país que a un trabajador se le pague menos salario, por lo que el pago de 447 millones 495 mil 800 pesos de la nómina de los salarios directos no puede ser tocada, aunque sí puede reducir o eliminar los 699 millones 188 mil 800 pesos de la bolsa para asesores y otros 500 millones de pesos de prestaciones.
Fuente: Excélsior