La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su sesión del 19 de diciembre de 2011, emitió la resolución 66/127, sobre el Seguimiento de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento.
En el punto 21 de la resolución se designó al 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.
“Se invita a los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas organizaciones no gubernamentales y particulares, a que lo observen debidamente”, se estableció.
A lo largo de sus 35 puntos, la resolución establece diferentes medidas para que la población en condición de vejez reciba respeto, asistencia, protección en condiciones de violencia, recreación, trabajo digno y diferentes medidas para el desarrollo de su vida.
La organización mundial define el maltrato a los ancianos como: “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”.
El año pasado la ONU realizó una compilación de 52 estudios realizados en 28 países, entre ellos 12 de ingresos bajos y medianos, en la que se concluyó que 15.7% de las personas de 60 años o más fueron sometidas a algún tipo de abuso.
El estudio concluyó que 11.6% de esa población sufrió maltrato psicológico, 6.8% económico, 4.2% desatención, 2.6% maltrato físico y 0.9% abuso sexual.
En su conclusión, la misma ONU acota que posiblemente estas cifras estén subestimadas, debido a que los afectados no informan sobre lo que les ocurre, por temor.
En México, como en muchos países, no existen cifras oficiales de maltrato a la vejez, derivado de ese temor por sufrir represalias, debido a que el agresor casi siempre es un integrante de la familia, comentó Sergio Salvador Valdés y Rojas, director de Atención Geriátrica del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam).
“No las hay porque el maltrato se puede dar de diferentes maneras, el físico, el sicológico, el económico, hasta sexual, en ese sentido el adulto mayor no denuncia y cuando lo hace resulta que son los propios hijos los que maltratan, la familia”.
Valdés y Rojas explicó que México, como miembro de la ONU, está obligado a cumplir con la resolución 66/127, en donde el Inapam cumple con programas de asistencia a personas violentadas y a la promoción de los derechos.
Sin embargo, en los casos de ayuda en el momento de denunciar ante una autoridad un caso de maltrato, llega el arrepentimiento por parte de la víctima.
Fuente: Excélsior