El texto indaga en las actuaciones del FBI en el caso del manejo de los correos electrónicos de la candidata demócrata Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado (2009-2013) y considera que Comey violó las prácticas internas del Departamento de Justicia al no advertir a sus responsables de que reabriría la investigación sobre la liberal.
La semana pasada, Trump criticó en Twitter la tardanza en la publicación del documento: «Muchas cosas horribles que contar (…). ¡Transparencia!», pidió.
Basado en el trabajo del inspector general del departamento, Michael Horowitz, el informe asegura que Comey fue «insubordinado» al saltarse los protocolos por no mantener al tanto a altos cargos de Justicia y optar por informar al Congreso de que reabría las pesquisas sobre Clinton a diez días de los comicios.
Sin embargo, descarta la opción de que las acciones de Comey estuviesen motivadas por fines partidistas contra la que fuera candidata presidencial de los demócratas, aunque señala que el jefe del FBI cometió un «importante error de juicio» en su decisión de enviar la noticia al poder legislativo sin pasar previamente por sus superiores.
Horowitz también recoge conversaciones de funcionarios del FBI mostrando su oposición al entonces aspirante republicano, Donald Trump, algo que fue criticado en el texto, pero tampoco considera que estas averiguaciones impliquen que los investigadores tuvieran objetivos partidistas contra el magnate.
Concretamente, hace referencia a un diálogo entre el alto funcionario del FBI Peter Strzok y una abogada de la institución en el que la letrada le pregunta si Trump llegará a ser presidente y este le responde «No, no lo conseguirá. Le pararemos».
Strzok es uno de los investigadores que participaron en el caso de los correos de Clinton, pero también en el inicio de las averiguaciones para la causa del fiscal especial sobre la trama rusa, Robert Mueller, quien indaga sobre la supuesta coordinación entre la campaña de Trump y el Kremlin.
Horowitz aborda, asimismo, las alegaciones, protagonizadas entre otros por Trump, de que la investigación sobre los correos estaba favoreciendo a Clinton, pero concluyó que «no hay pruebas de que las conclusiones del Departamento estuviesen afectadas por la parcialidad u otra consideración impropia» a favor de Clinton.
En un artículo para el «New York Times», Comey defendió hoy sus decisiones, dijo que respeta aunque no comparte las conclusiones del documento y destacó que el informe señala que no hubo motivación partidista.
Desde la Casa Blanca, la portavoz presidencial Sarah Sanders subrayó que el documento «reafirma las sospechas del presidente sobre la conducta de Comey y la parcialidad política entre algunos miembros del FBI».
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, afirmó que la mala praxis de Comey «se acumuló en beneficio del entonces candidato Trump, y no al revés» y rechazó cualquier tipo de «parcialidad» en la investigación rusa liderada por el fiscal especial Robert Mueller.
El inspector general ha examinado si las políticas y procedimientos del FBI fueron o no coherentes entre sí, después de que el 5 de julio de 2016 Comey indicara que no debían presentarse cargos contra la exsecretaria de Estado y el 28 de octubre de ese año, a 10 días de las elecciones la reabriera.
Aunque el informe no termina de contentar las alegaciones de ninguna de las dos partes sobre parcialidad política en las investigaciones del FBI, sí que ofrece argumentos parciales al equipo de Trump y al de los demócratas al cuestionar labores puntuales de la agencia en su contra.
Fuente: Excélsior