Francia comienza a enfrentar un verdadero desafío de seguridad porque en los próximos meses tendrá que liberar unos 450 yihadistas o islamistas radicalizados que están llegando al final de sus penas.
La información fue confirmada por la ministra francesa de Justicia, Nicole Belloubet.
“Estamos frente a un riesgo mayor”, comentó por su lado el Procurador de París, François Molins. Sobre ese total, unos 20 individuos peligrosos serán liberados este año y otros 30 en 2019”, precisó. “Existe el riesgo de que muchos de ellos no estén arrepentidos e incluso se hayan radicalizado aun más en la cárcel”; agregó.
Actualmente hay unos 500 presos condenados por hechos de terrorismo o por estar fichados como islamistas peligrosos, a los cuales se agregan otros mil 200 detenidos por delitos comunes que se radicalizaron en prisión. “El medio penitenciario opera como incubador de radicalización en la medida que favorece la interactividad entre dos tipos de detenidos”, destacó el Procurador.
El gobierno francés, que lanzará en las próximas semanas un Plan de Acción Contra el Terrorismo (PACT), proyecta crear una célula encargada de vigilar a los excarcelados. “Debemos estar en condiciones de seguir paso a paso a todos los que salgan de la cárcel”, instruyó el presidente Emmanuel Macron a sus servicios.
Pero ese proyecto parece utópico. Un alto responsable francés de la lucha antiterrorista reconoció que es imposible monitorear a todos los perfiles sospechosos de radicalismo. Ningún servicio de inteligencia del mundo está en condiciones de hacer ese trabajo. «Vigilar a un sospechoso durante las 24 horas al día implica movilizar entre 20 y 30 policías», explicó.
“La mayoría de la gente que fue a la cárcel por radicalización yihadista está marcada a fuego”, estimó por su parte Alain Grignard, experto en islamismo de la Universidad de Lieja (Bélgica).
Fuente: Diario de Querétaro