La resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que abre el camino para una eventual suspensión de Venezuela generó posiciones encontradas en el país sudamericano, que enfrenta la creciente presión internacional en medio de una profundización de la crisis económica y social.
Las autoridades venezolanas consideraron como una derrota de Estados Unidos la resolución, mientras la coalición opositora celebró la decisión de la OEA que pidió a sus miembros implementar medidas políticas y económicas para ayudar a la restauración de la democracia y declaró que la reelección del presidente Nicolás Maduro carece de legitimidad. En el llamado Grupo de Lima –que integran 14 países de la región– Estados Unidos y la Unión Europea rechazaron en mayo los comicios presidenciales y amenazaron con endurecer las sanciones contra el gobierno venezolano.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, consideró ayer como un “fracaso estrepitoso” de Estados Unidos la votación que se registró en la organización, y dijo en Washington que se demostró que el “imperialismo ni siquiera manda en la OEA”. Desde Caracas, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, acusó a Estados Unidos, sin ofrecer pruebas, de haber ejercido “presiones groseras y brutales” para lograr la suspensión de Venezuela de la OEA, y sostuvo que “volvieron a fracasar” debido a que sólo lograron 19 de los 24 votos requeridos. Rodríguez indicó que Maduro va a “lanzar una bombita”.
La alianza de la Mesa de la Unidad Democrática calificó de “victoria” la resolución y dijo en un comunicado que lo acordado por 19 de los 34 miembros de la OEA es un llamado a “mantener e incrementar la presión popular e institucional” para alcanzar la salida constitucional a la crisis.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional y dirigente de la coalición opositora, Omar Barboza, dijo que la comunidad internacional debe ejercer las presiones necesarias para venir a Venezuela a salvar las vidas de las personas que requieren alimentos y medicinas.
Fuente: Excélsior
