Un estudio realizado por especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) comprobó que los ácaros que tienen las aves en sus plumas, los limpian de hongos, bacterias y detritus, por lo que apoya la teoría de que la relación entre los ácaros y las aves no es parasitaria. La investigación indicó que los hongos, seguidos de las bacterias, son el principal recurso alimenticio de los ácaros de las plumas, además de la secreción uropigial, para la limpieza e impermeabilización del plumaje.
Sin embargo, no se encontró evidencia de que los ácaros se alimenten de recursos del ave, tales como piel o sangre, afirmó el investigador de la Estación Biológica de Doñana y director del estudio, Roger Jovani. Añadió que el estudio de las interacciones hospedador-simbionte es vital para entender diversos procesos, como la emergencia de enfermedades infecciosas o el efecto del cambio climático sobre la biodiversidad. A su vez, el investigador de la Estación Biológica de Doñana, Jorge Doña, dijo que en este estudio analizaron la dieta de los ácaros de las plumas de las aves a escala global.
Primero, hemos realizado observaciones al microscopio del contenido de mil 300 ácaros individuales de unos 100 géneros. Segundo, usando secuenciación masiva y DNA metabarcoding hemos determinado el contenido intestinal de mil 833 ácaros de 18 especies”, detalló. En un comunicado del CSCI, se informó que los ácaros de las plumas de las aves son unos simbiontes permanentes (que realizan todo su ciclo de vida sobre su hospedador) que viven en las plumas de vuelo de las aves. Históricamente, se les ha considerado como parásitos, aunque sin evidencia directa sobre la forma en la que perjudicaban a sus hospedadores.
También te recomendamos leer: Encuentran parásito de 27 cm. en intestino de desertor norcoreano Por tanto, ahora, este estudio apoya la teoría de que la relación entre los ácaros y las aves no es parasitaria, sino que se trata de una relación biológica comensalista, por lo que estos ácaros se alimentan de micro partículas presentes en la superficie de las plumas de las aves (hongos, bacterias y polen, principalmente).
Fuente: Excelsior