La banda terrorista ETA ha entregado dos cajas con armas a las autoridades francesas en la localidad de Bayona, una semana antes de que se celebre el acto en el que está previsto que la organización anuncie su disolución. Según confirmaron hoy fuentes de la lucha antiterrorista española, se trata de una veintena de armas. En la entrega estuvo presente la policía judicial francesa, y ahora se está analizando el contenido de esas cajas. Las fuentes precisaron que se tardará al menos unas horas en hacer el recuento exacto del contenido de estas dos cajas.
La entrega se produce una semana antes del acto previsto para el próximo 4 de mayo en la localidad vasco francesa de Cambo-les-Bains, en el que presumiblemente se avanzará en el fin de ETA. Es un acto convocado por el llamado Grupo Internacional de Contacto y las organizaciones civiles Bake Bidea y el Foro Social Permanente, y sería la víspera de que la banda anunciase su disolución, el 5 de mayo en Bayona. ETA declaró el cese definitivo de la actividad armada en 2011, tras cinco decenios de asesinatos -más de 850 muertos en España-, centenares de heridos y secuestros, extorsiones y sabotajes.
La banda surgió a finales de la década de los 50 del siglo pasado con el objetivo de lograr la independencia de la región española del País Vasco a través de la violencia terrorista. La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió el lunes pasado de que ETA «no va a conseguir nada» por disolverse, al igual que los terroristas no consiguieron «nada durante la etapa de terror».
La última entrega significativa de armas que llevó a cabo ETA tuvo lugar en abril de 2017, cuando facilitó a las autoridades francesas, a través de mediadores internacionales, la localización de ocho depósitos con alrededor de 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivo y varios miles de municiones y detonadores. Además de matar a militares y agentes de las fuerzas de seguridad, ETA asesinó a muchos civiles (el 40 % de sus víctimas) en atentados indiscriminados. El más cruento de ellos, el ocurrido en un supermercado en Barcelona en 1987, causó 21 muertos El secuestro más largo fue el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que estuvo 532 días dentro de un pequeño cubículo.
Fuente: Excelsior