Los líderes de Estados Unidos, Francia y Alemania se unieron el jueves a Gran Bretaña para culpar a Rusia por envenenar a un exespía con un poderoso gas neurotóxico, calificando el ataque como «el primer uso ofensivo de una neurotoxina en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”. En una inusual declaración conjunta, el presidente estadounidense Donald Trump, el mandatario francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May dijeron que «no hay una explicación alternativa plausible» para la responsabilidad rusa.
Por su parte, Rusia declaró que “sin duda” expulsará a diplomáticos británicos en represalia por la expulsión de 23 rusos de Gran Bretaña, dijo el canciller ruso el jueves. En declaraciones reproducidas por la agencia Novosti, Serguei Lavrov dijo que se tomará la medida “próximamente”, pero que Moscú informará a Londres a través de los canales oficiales antes de hacer el anuncio público. El miércoles, la primera ministra británica expulsó a 23 diplomáticos rusos, interrumpió los contactos de alto nivel y prometió tomar medidas tanto abiertas como clandestinas.
May visitó el jueves la ciudad de Salisbury para inspeccionar el lugar donde se halló a Serguei Skripal y su hija en coma, envenenados por una neurotoxina. Se reunió con efectivos de los servicios de emergencia y salud que respondieron al ataque. Unos 200 efectivos especializados en armas químicas y descontaminación ayudan a la policía con la investigación. May dijo que fue “un placer conocer a algunos turistas” y ver que la gente no deja de acudir a la pintoresca ciudad, con su imponente catedral, 145 kilómetros al suroeste de Londres.
En tanto, funcionarios británicos y rusos intercambiaron pullas y las relaciones diplomáticas cayeron a niveles propios de la Guerra Fría tras el envenenamiento. Gran Bretaña acusa a Rusia del ataque del 4 de marzo, que dejó a los dos en estado crítico y un agente policial en estado grave. El secretario británico de Defensa Gavin Williamson calificó las relaciones bilaterales de “excepcionalmente frías” y dijo que Rusia debería “irse y cerrar el pico”. Lavrov dijo que las acusaciones de Londres son una distracción para desviar la atención pública de la salida británica de la Unión Europea. Sostuvo que las acusaciones “groseras e infundadas” contra Rusia “reflejan la situación irremediable en la que se encuentra el gobierno británico al no poder cumplir las obligaciones contraídas con el público en relación con la salida de la UE”.
Fuente: Excelsior