Ahora con 64 años, Nicole Jacquin ha dedicado gran parte de su vida a mejorar las condiciones de las personas mayores al final de sus vidas. Un testimonio de su empatía y determinación. “No quería llevar a mi madre de 86 años a un lugar frío, impersonal, donde el los cuidadores están sobrecargados”, explica Jean, un agente judicial de 58 años de París.
En cambio, en julio del año pasado recurrió a Anggel’Dom, un servicio de atención domiciliaria diseñado para mejorar las condiciones de vida de las personas mayores que desean permanecer en sus propios hogares. Lanzado en 2017, hay cuatro cofundadores detrás de este proyecto emergente, uno de los cuales es una mujer: Nicole Jacquin. «Una vez que tengo una idea en la cabeza, tengo que llevarla a cabo», comenta Jacquin. Esto está un poco subestimado. A los 25 años, presentó con éxito su tesis en medicina general y se embarcó en una carrera en medicina geriátrica en un hospital de París, antes de establecerse por su cuenta a los años 50.
Ahora, ya retirada, tiene intención de revolucionar la atención domiciliaria. En 2006, Jacquin tuvo la idea de llevar perros a las salas del hospital, de forma permanente. Una «fuente de felicidad para los pacientes y una forma de animar un poco las cosas», dice. Una iniciativa que desde entonces ha sido reconocida por brindar importantes beneficios de bienestar a los pacientes, pero que fue rechazada en su momento por los gerentes superiores del hospital donde trabajaba.
Después de pasar una cuarta parte de su vida en hospitales, en 2002, Nicole Jacquin decidió reanudar su formación. Con 49 años y madre de tres hijos, Jacquin comenzó un grado en la École de management des médecins des hôpitaux(Escuela de Dirección de médicos de hospitales) en París. Después de graduarse, dirigió varios asilos en la capital francesa. Pero como una fuerte defensora de “la empatía y la paciencia» con los ancianos, se encontró confrontada con una mentalidad de «llenar espacios». Seis años más tarde se estableció como geriatra, una profesión que ya practicaba a tiempo parcial.
Fuente: Excelsior
