Alrededor del mundo millones de personas atestiguaron en vivo o través de las redes sociales, la súper luna de sangre azul, un evento que conjuntó tres fenómenos astronómicos, lo que no había ocurrido desde hace 152 años, en 1866, y que volverá a suceder hasta 2028.
En México se tuvo una visibilidad media del fenómeno que permitió ver una luna más grande y luminosa, porque justo entre martes y miércoles la luna estuvo en perigeo, es decir, a la distancia mínima de nuestro planeta.
Detalló que normalmente una buena parte de los eclipses de sol y luna se ven en el océano, y en este caso, la mayor parte del eclipse de luna total se vio en el Océano Pacífico, y en el Continente Americano se observó en el norte.
Si bien en nuestro país no se alcanzó a observar el eclipse, el universitario, destacó que gracias a internet los mexicanos pudieron seguir el evento.
Alejandro Farah consideró que este tipo de fenómenos nos permite estar en contacto con la naturaleza en el Cosmos.
Excelsior