Alrededor de las 14:00 horas de ayer, Jaqueline Carmona, administradora del edificio Osa Mayor entregó, a los ingenieros encargados de la demolición del edificio, el candado y la cadena con que quedó cerrado definitivamente el acceso al inmueble que fue el hogar de 56 familias. A casi cuatro meses del sismo que dejó inhabitable el edificio de 14 pisos y 56 departamentos, además de ocho locales comerciales, los vecinos aceptaron que el edificio sea demolido. Desde el sábado pasado retiraron cuanto mueble o pertenencias pudieron y desmantelaron puertas, ventanas, canceles que amontonaron en las aceras y calles aledañas y en el campamento que tienen montado desde septiembre pasado a unos metros del edificio.
Aunque ya no tengamos que cuidar nos quedamos para seguir presionando. La mayoría ya había pagado sus departamentos, sería injusto volver a pagar», indicó la admnistradora. Ayer trabajadores de la Secretaría de Obras de la Ciudad de México (Sobse) comenzaron a instalar los tapiales para delimitar su área de trabajo, que abarca unos 50 metros en torno al inmueble dañado. Personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) comenzaron a retirar los cables de suministro eléctrico empleados de Teléfonos de México desconectaron las líneas y empresas cableras quitaron sus materiales.
De acuerdo con Jaqueline, la demolición del inmueble tardará entre dos y tres meses y esperan que, de concretarse un proyecto de vivienda nuevo para los inquilinos, se edifique en el mismo predio. El Osa Mayor ya había soportado los terremotos de 1979, los dos de 1985 y el de marzo de 2014, tras el cual se había recomendado su reforzamiento.
Entre los problemas a los que se han enfrentado está el de que no todos los inquilinos pueden comprobar su posesión del departamento de 100 metros cuadrados, pues los dueños iniciales han muerto, hay problemas de sucesión, no se estableció la cesión en testamentos, o bien los poseedores desaparecieron hace años. El campamento de la calle Doctor Lucio se correrá unos metros, sin embargo, no se retirará, recalcó la administradora del edificio.
Fuente: Excelsior