En Día de Reyes cuando los niños piden videojuegos o los adquieren en internet, y cuando están más enganchados que nunca a sus tabletas y teléfonos inteligentes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que la adicción a los videojuegos será considerada un trastorno mental.
El organismo anunció que en junio de este año incluirá el trastorno por videojuegos como enfermedad mental en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11), listado que no se actualiza desde 1990.
Al respecto, Tarik Jasarevic, vocero de la OMS, explicó a REFORMA que los trastornos derivados del uso indiscriminado de los videojuegos puede causar severa adicción, tan grave como la ocasionada por el alcoholismo o las drogas, al punto que puede interferir con la vida diaria de la persona afectada.
Jasarevic diferenció entre jugar con videojuegos como un pasatiempo, que puede causar sedentarismo y problemas de visión, pero cuyo uso se puede controlar y evitar, con la adicción a dichos juegos digitales que puede tener efectos nocivos y causar disrupción en la vida cotidiana de la persona.
«El trastorno de los videojuegos es cuando interfiere con tu vida diaria, con el trabajo, la escuela, cuando dejas de tener relaciones con la familia o con tu núcleo social y no puedes evitarlo. Es cuando como con cualquier adicción sabes que tienes un problema, pero no puedes hacer nada para solucionarlo», subrayó el funcionario.
«Se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego, que puede ser un juego digital o un videojuego, en el que se da mayor prioridad a estos juegos sobre otras actividades o intereses», señaló Jasarevik quien agregó que otros síntomas incluyen la continuación y escalada del uso de estos juegos a pesar de que acarrean consecuencias negativas.
Observó que el comportamiento adictivo del juego y otras características son normalmente evidentes durante un periodo de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico asociado a un trastorno mental, pero enfatizó que la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos del diagnóstico y los síntomas son graves.
La OMS ha investigado el fenómeno desde hace una década y es hasta ahora cuando será considerada como una enfermedad mental que requiere tratamiento.
Hasta ahora, el organismo no cuenta con datos suficientes para hablar sobre qué rango de edad o población es más afectada ni si los menores de edad corren más riesgo de caer en dicha adicción.
Tampoco se habla de adicción a las redes sociales ni a la incapacidad de dejar el teléfono móvil por un lapso de tiempo.
La evidencia anecdótica sugiere que la condición afecta de manera desproporcionada a las personas más jóvenes y más conectadas con el mundo en constante expansión de los juegos en línea.
Pero el portavoz de la OMS advirtió que era prematuro especular sobre el alcance del problema.
«El trastorno de juego es un concepto relativamente nuevo y aún no se han generado datos epidemiológicos a nivel de la población», apuntó.
El hecho de incluirlo en la Clasificación Internacional de Enfermedades, a pesar de la falta de datos concretos, es porque los expertos en salud básicamente coinciden en que hay un problema porque va en aumento el número de personas que han pedido ayuda y empiezan a surgir tratamientos y terapias para apoyarlos.
Para la OMS, incluir la adicción a los videojuegos en la lista de padecimientos mentales es el primer paso para que tanto el organismo como los Estados miembros impulsen y asignen recursos a investigaciones más profundas sobre este trastorno de la era digital, concluyó.
Fuente: Reforma