Algunas de las series más costosas de los últimos cinco años son, Marco Polo (90 millones de dólares por temporada), Sense8 (108 millones), The Crown (118 millones) y The Get Down (120 mdd), unas con mejores resultados que otras. Pero ahora se decidió llevar estos grandes presupuestos al terreno del cine, apostando por Bright, su película más cara hasta ahora con un costo de 90 millones de dólares.
Este proyecto fue encargado a dos grandes de los blockbusters, Will Smith y David Ayer, quienes anteriormente habían trabajado en filmes como Día de entrenamiento y Escuadrón suicida.
Aunque las críticas hacia la última no fueron las mejores, los más de 325 millones que ha dejado en taquilla y venta de DVD (costó producirla 175 millones de dólares) se ha elegido a este par para su nuevo y ambicioso filme.
Durante la promoción de la cinta, David Ayer dijo que cuando Netflix lo llamó no pudo negarse, ya que la compañía le ofreció total libertad creativa y al parecer también financiera, algo que, asegura, rara vez sucede en Hollywood.
“Queríamos hacer una película que mezclara el thriller con el suspenso pero también con la fantasía o como Will (Smith) dice, como si Día de entrenamiento se llevara a cabo en el mundo de El Señor de los Anillos””, dijo.
La premisa de la cinta en la que también participan Noomie Rapace y Edgar Ramirez está ambientada en un presente alternativo donde los seres humanos, orcos, duendes y hadas han convivido desde el inicio de los tiempos.
Este largometraje sigue la vida de dos policías con perfiles muy distintos. Ward, un ser humano interpretado por Will Smith, y Jakoby (Joel Edgerton), un orco, inician una guardia nocturna que cambiará el futuro.
Mientras enfrentan la delincuencia y el racismo entre sus colegas, también también deberán trabajar juntos para proteger a una joven elfo y una reliquia perdida que, al caer en las manos equivocadas, podría destruirlo todo.