Luego de que el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, oficializara el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y México anunciara que no cambiará la sede de su embajada en Tel Aviv, el embajador de Israel en nuestro país, Jonathan Peled, afirmó que si bien estas decisiones no afectan a México, confía en que éste también haga ese reconocimiento. Para el diplomático, la decisión del magnate no es una ocurrencia, sino “una rectificación histórica” y un “derecho básico” de que Jerusalén es la capital de Israel, por lo que espera que con el paso de los días otros países se sumen a EU, entre ellos México.
Después de la declaración de EU otros países van a seguir su paso y espero que también sea México. Es una decisión del gobierno de México. No hemos pedido que México trasladara su embajada a Jerusalén, pero sí, por lo menos, reconocer a Jerusalén Occidental como la capital de Israel”, aseveró en entrevista con Excélsior Digital. El diplomático cuestionó además los señalamientos de distintas naciones, entre ellas, Alemania, Chile, Cuba, Canadá, entre otras, y aseguró que no debería haber señalamientos contra Jerusalén por ser capital de Israel, como tampoco se critica a las capitales de otras naciones.
Peled agregó que es ilógico que otras naciones afecten las relaciones diplomáticas con Israel por la decisión de un sólo país; no obstante, “en los próximos días nos dirán quiénes van a seguir en el camino de EU y quiénes no”. Esta situación se debe a que tras la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel tomó Jerusalén Oriental y reclama soberanía sobre esta ciudad sagrada para judíos, musulmanes y cristianos; por su parte, Palestina demanda que su futuro Estado esté constituido de acuerdo con los límites establecidos antes de ese conflicto, pero los israelís lo rechazan.
Con el reconocimiento de EU, Peled aseguró que el status quo, contrario a lo que líderes mundiales han dicho, no se verá afectado y que los israelíes mantendrán el compromiso para que este territorio sagrado siga abierto para todo mundo. Desde que Jerusalén está bajo control israelí desde hace 50 años por primera vez está abierta a todas las religiones, a todas las personas y no fue el caso antes, cuando estaba cerrado frente de judíos y otros. Estamos comprometidos a mantenerla. “Esta decisión no perjudica el status quo en Jerusalén; no cambia el acceso a los lugares santos. Es una aceptación de una verdad histórica”, afirmó.
Fuente: Excelsior