¿Y cuándo va a venir Marichuy para conocerla?, dice don Alberto mientras su esposa lo secunda «es del Concejo Indígena de Gobierno». Los dos observan una cartulina «Registro de firmas de apoyo para la candidatura independiente de Marichuy, vocera del CIG». Es un matrimonio que se toma la noche del viernes para beber café y comer pastel en la cafetería La Dosis, un pequeño local en la colonia Narvarte, desde donde opera una red de apoyo ciudadano para impulsar la candidatura de esta indígena nahua defensora de los derechos humanos.
María de Jesús Patricio Martínez, la mujer de un pueblo originario, que por primera vez en la historia de México busca contender por la presidencia de la República, está recorriendo el país buscando el apoyo ciudadano a su candidatura y esta tarde llega a Ciudad Universitaria para visibilizar los problemas de los pueblos indígenas a los cuales representa. La candidatura, lo tiene claro el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) que eligió a Marichuy como su vocera y representante, no es para tomar el poder ni para ganar votos, sino para poner en la mesa los temas indígenas.
«Desde el 3 de octubre del año pasado, se anunció que se iba a consultar a los pueblos que están en el Congreso Nacional Indígena si decidían entrarle a las elecciones para mayo de este año, se dijo que sí se iba a participar y en mayo votaron para elegir a Marichuy como la vocera. «Durante 20 años (el Congreso) operó más en la denuncia, se cansaron de estar a la defensiva, decidieron pasar a la ofensiva y por eso decidieron participar en su juego electoral bajo sus propias reglas, por ejemplo, no van a aceptar ningún centavo del INE, se financiarán con donativos», explica Andrés, otro de los auxiliares al HuffPost.
Los fondos con los que el Concejo Indígena busca financiar la campaña de María de Jesús provienen de donativos a la asociación civil «Llegó la Hora del Florecimiento de los Pueblos» que respalda la candidatura y cuya conformación el INE impone como requisito. A partir 9 de octubre y hasta el 12 de febrero, se contabilizaban oficialmente los 120 días que dio el INE a los candidatos independientes para recabar firmas. Sin embargo, los auxiliares reclaman que dicho lapso se reduce a 33 días efectivos, debido a que sólo se cuenta con 8 horas de luz de sol que es de la manera en que el proceso puede realizarse de manera más eficaz y a que la fecha límite de recepción de documentos para los aspirante se amplió una semana, no así la conclusión del periodo de recolección.
Fuente: Excelsior