En cuanto Julia Roberts terminó de leer el guión de Extraordinario, su más reciente película, la intérprete de Mujer Bonita (1990) se sintió conmovida.
Con 50 años y con tres hijos, la ganadora del Oscar a Mejor Actriz (Erin Brockovich, 2000) tomó el desafío de encarnar a la madre de un niño que padece un trastorno genético, cinta que dirige Stephen Chbosky (Las ventajas de ser invisible, 2012).
«Lo leí (el guión) sola primero, luego lo llevé a casa, a mis hijos, y todos los leímos juntos. Estábamos muy conmovidos como familia. Y de ellos surgieron realmente grandes conversaciones, ideas, pensamientos y sentimientos por los cuales yo tendría que aceptar. No lo pensaron, ni yo tampoco lo pensé, acepté de inmediato», cuenta la actriz.
Extraordinario -adaptación cinematográfica del best seller La lección de August, de Raquel Jaramillo Palacios- cuenta la historia de Auggie Pullman (Jacob Tremblay, «La habitación»), un niño de 10 años que padece el Síndrome de Treacher Collins (STC), una enfermedad hereditaria donde algunos huesos y tejidos del rostro no se desarrollan bien.
Tras estabilizarse luego de una veintena de cirugías, los padres del menor (Roberts y Owen Wilson) deciden enviar a Auggie por primera vez al colegio, donde será blanco del bullying de algunos de sus compañeros.
Recordando su pasado y presente, Julia sostiene que, en lo personal, nunca le ha tocado enfrentar una situación como la que aborda el nuevo trabajo que estelariza y «si ha pasado, siempre he perdonado o no me ha afectado. Pero ya sabes, algunas de estas historias son tan difíciles de leer o escuchar», dice.
La cinta invita a ver a las personas más allá de sus apariencias y en Extraordinario, la familia y los nuevos amigos de clase del niño lo apoyarán para que logre su cometido de ser aceptado tal y como es.