La esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino argentino desaparecido hace ocho días, dijo hoy, tras conocerse que hubo una explosión cerca del último lugar desde donde se comunicó el sumergible, que aunque aguardaban noticias con «esperanza», los marineros «no van a volver nunca más». «No nos quedó santo por rezar ni a nadie por pedir. No sé si hay un destino marcado para cada uno.
Hay gente que no cree en eso, no volvieron y no van a volver nunca más», remarcó a la prensa Jessica Gopar, esposa del cabo principal Fernando Gabriel Santilli. Al igual que el resto de familias de los otros tripulantes, Gopar se encontraba en la Base Naval de Mar del Plata, adonde el pasado domingo debería haber llegado el submarino tras realizar un largo viaje por el Atlántico Sur.
La Armada comunicó hoy que se registró un «evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión» en la zona en la que el submarino argentino desapareció. El submarino ARA San Juan había partido el lunes 13 de noviembre pasado del sureño puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires.
El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como cometido participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval. A pesar de tener vasta experiencia en buques y otros submarinos, esta era la primera vez de Santilli en el ARA San Juan. «Acabo de perder a mi esposo y necesito contener a mi hijo», concluyó Gopar, que confió en que «todas las mujeres e hijos que se han quedado sin su papá» puedan unirse para hacer «justicia».
Fuente: Excelsior