Un argentino ofertó uno de sus riñones en su cuenta en Facebook.
Se trata del campeón Maximiliano Javier Almandoz, que tiene dos medallas de oro en taekwondo, quien aceptó que por desesperación intentó conseguir dinero para costear una fiesta de 15 años para su hija.
Pero la oferta se esfumó: tras informase y conocer que se trata de un acto ilegal en Argentina, recibir varios comentarios críticos y el apoyo de su familia, aseguró a varios medios locales que fue sólo un impulso.
Almadoz confirmó al programa Radiópolis de Radio 2 que hace unos 6 meses atrás puso a la venta uno de sus riñones a través de su perfil en la red social.
Sabía que era una locura, pero pensé que quizás a alguien le podía servir mi riñón, no sabía que no se podía, que había un protocolo y que iba a caer mal a muchos. Me atacaron por lo que hice, pero no fue con intención, quería cumplir con el sueño de mi hija”, expresó a la radiofusora local.
Añadió que vivió un conflicto económico que le impidió reunir el dinero para festejarle el cumpleaños a su hija en un salón.
Este deportista tenía un supermercado que debió cerrar ante la imposibilidad de mantener el pago de la renta y decidió cambiar el negocio a su propia casa.
Así que, la imposibilidad de concretar el sueño de la niña le desesperó y de manera impulsiva, decidió vender el órgano.
Si salva una vida y puede darle el festejo a mi hija, era un negocio redondo», pensó.
Aseguró que su hija jamás le pidió nada, pero, que la presión era propia.
Si ella es feliz, yo soy feliz. Tiene 14 años y el sueño de toda chica es la fiesta de los 15. Pensé en vender el coche, trabajé lo más que pude, jugué a la lotería, pero ves que igual no llegás para una buena fiesta.
Hablamos de mucha plata, 300 mil pesos (unos 17 mil dólares). Sus compañeritas hacen sus festejos, sería muy frustrante para mí no hacerlo», explicó en una entrevista.
Sin embargo, después de publicar su post, mucha gente le brindó ayuda, le ofrecieron dinero e incluso una señora le propuso hacerle los recuerdos para la fiesta y con ello, se dio cuenta que podía regalarle una celebración más modesta pero llena de amor.
Almandoz abrió una tienda en su casa y se empleó como mozo en un predio de la Sociedad Rural Argentina.
Explicó a la radio que trabaja 17 horas al día y que no puede reunir suficiente dinero para llegar a fin de mes, menos para pagar una fiesta de 15, pero por lo menos no incurrió en un delito por tráfico de órganos.
Foto: Especial
Fuente: Excélsior