Más de 30 personas han muerto a causa de la nueva oleada de incendios forestales que arrasa desde el domingo el norte y el centro de Portugal, donde los bomberos todavía trabajan para controlar medio centenar de fuegos.
Según el último balance provisional de la Autoridad Nacional portuguesa de Protección Civil (ANPC), al menos 31 personas han perdido la vida y siete permanecen desaparecidas, aunque no se descarta que la cifra de víctimas aumente porque los efectivos de los servicios de socorro todavía no han conseguido acceder a todas las zonas afectadas por las llamas.
De hecho, algunos medios locales informan de que el número de fallecidos asciende ya a 35.
Los distritos donde se han registrado las víctimas son Coimbra, Guarda, Castelo Branco y Viseu, todos en el centro del país, escenario de más de 500 fuegos desatados el domingo, que han dejado también más de 50 heridos confirmados.