La Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) fue galardonada ayer con el Premio Nobel de la Paz “por su trabajo para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares” y lograr una ley que las prohíba, anunció el Comité Nobel en Oslo.
El comité describió a la ICAN como “el actor líder de la sociedad civil en el empeño por conseguir la prohibición de las armas nucleares de acuerdo con las leyes internacionales” y enfatizó su deseo de que el premio incentive a los estados con armas atómicas a considerar su responsabilidad en el desarme.
La ICAN, con sede en Ginebra, es una coalición integrada por 468 organizaciones no gubernamentales que trabajan en 101 países.
Su mayor éxito fue la campaña para conseguir la firma del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que 122 países aprobaron el pasado julio, si bien entre éstos no figura ninguna potencia nuclear. “Enviamos un mensaje a todos los países, sobre todo a los que tienen armas nucleares”, dijo la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.
Enfatizó, sin embargo, que la concesión no supone una crítica a ningún país en concreto. “Con este premio no queremos dar una patada a nadie (…) sino llamar la atención sobre un gravísimo problema al que el mundo se enfrenta”.
La secretaria general de la ICAN, Beatrice Fihn, se mostró profundamente agradecida y dijo haber temido en un primer momento que se tratara de una broma.
Finn, no obstante, sostuvo que está preocupada porque una persona tan impulsiva como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pueda tener el poder de apretar el botón nuclear.
Por su parte, Estados Unidos “no firmará” el tratado de prohibición de armas atómicas.
“Este tratado no hará que el mundo sea más pacífico, no conducirá a la destrucción de ninguna arma nuclear, ni fortalecerá la seguridad de ningún estado”, dijo un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El anuncio no cambia la posición de Estados Unidos sobre este tratado”, que ignora los desafíos de seguridad actuales haciendo necesaria la disuasión nuclear”, insistió.
ICAN, LUCHADORA INCANSABLE
La Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) es una coalición integrada por 468 organizaciones no gubernamentales con sede en Ginebra que trabaja desde hace años por el desarme nuclear en el mundo.
Las organizaciones, con presencia en 101 países de los cinco continentes, se fusionaron hace diez años para luchar juntas por conseguir un tratado vinculante contra las armas nucleares. Su fuerza motora no eran los gobiernos, sino decenas de miles de activistas de más de un centenar de países que trabajaban con el mismo objetivo.
En México destacan el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI) y la asociación Médicos Mexicanos para la
Prevención de la Guerra Nuclear.
El arzobispo sudafricano y Nobel de la Paz Desmond Tutu, el músico de jazz Herbie Hancock o el Dalái Lama son algunos de los que apoyan a la organización.
TRABAJO SIMBÓLICO
Su secretaria general, la sueca Beatrice Fihn, tiene sólo 34 años y en la oficina de Ginebra sólo trabajan cuatro personas, todas menores de 35.
Su mayor éxito fue conseguir la firma del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que 122 países aprobaron el pasado julio.
El texto prohíbe la producción, posesión, utilización y el almacenamiento de armas nucleares, pese a la resistencia de las potencias atómicas y sus Estados aliados.
El tratado fue firmado en una ceremonia el 20 de septiembre durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York y se prevé que entre en vigor 90 días después de que 50 países completen el proceso de ratificación. Fihn calcula que eso podría ocurrir antes de fin de año.
Sin embargo, es más bien algo simbólico, pues ninguna de las potencias nucleares que reconocen la posesión de estas armas –Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India y Pakistán– lo ha ratificado.
En su trabajo la ICAN siguió el modelo de otros tratados de desarme, como el de la prohibición de minas terrestres, las bombas racimo o las armas químicas. Todas esas iniciativas partieron de la sociedad civil y ponen el centro de atención en las devastadoras consecuencias de las armas para la población.
-DPA y AFP
EL RESTRINGIDO CLUB DE LAS POTENCIAS NUCLEARES
Más de 90% de las reservas mundiales de armas atómicas están en manos de Rusia y Estados Unidos, que forman junto a otros siete países, entre estos Corea del Norte, el cerrado club de potencias nucleares.
La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), laureada ayer con el Nobel de la Paz, obra por obtener la prohibición y eliminación de unas 15 mil ojivas nucleares registradas en el mundo.
Unas cuatro mil están actualmente desplegadas y listas para ser empleadas, según estimaciones de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS).
Hasta ahora, únicamente Estados Unidos recurrió al arma nuclear, los 6 y 9 de agosto de 1945, contra las ciudades japonesas de Hiroshima (140 mil muertos) y Nagasaki (70 mil muertos).
Firmado en 1968 y vigente desde 1970, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) obliga a los cinco países que oficialmente disponen de la bomba atómica (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China) a no transferir tecnología militar nuclear a otros países. El TNP prohíbe además a los países no dotados del arma a procurarse o a fabricar.
Algunos países renunciaron desde entonces a su programa nuclear militar, como Suecia (1968), Suiza (1969), Sudáfrica (1991) y las exrepúblicas de la Unión Soviética.
Pese al TNP, cuatro Estados se dotaron oficiosamente de la bomba nuclear: Pakistán, India e Israel (que nunca lo ha confirmado ni desmentido) –ninguno de ellos firmante del tratado–, y más recientemente Corea del
Norte, que se retiró del acuerdo en 2003.
Irán, sin embargo, constituye un caso particular. Sospechoso, según la comunidad internacional, de buscar desarrollar el arma atómica en los años 2000, Teherán concluyó en julio de 2015 un acuerdo con las grandes potencias que garantiza el carácter civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento progresivo de las múltiples
sanciones internacionales.
-AFP
EL MUNDO CELEBRA EL GALARDÓN
Después de galardonar a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) con el premio Nobel de la Paz, la comunidad internacional, además de celebrarlo, espera convencer a Corea del Norte a que regrese a la mesa de negociaciones.
El galardón a la ICAN es un recordatorio de que hoy más que nunca necesitamos un mundo sin armas nucleares”, escribió en Twitter el secretario general de la ONU, António Guterres.
Por su parte, México, uno de los principales promotores del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y El Caribe, más bien conocido como el Tratado de Tlatelolco (1967), subrayó que la ICAN cumplió una “gran labor para generar conciencia mundial sobre las catastróficas consecuencias humanitarias que tendría el uso accidental o intencional de las armas nucleares”.
Y así, también mostraron su satisfacción otros países de la región como Colombia, Costa Rica y Brasil, así como líderes de la Unión Europea. Sin embargo, otros como Rusia y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) reaccionaron con reservas.
El Tratado de Prohibición de Armas Nucleares no nos acerca a la meta de un mundo sin armas nucleares”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
El portavoz del Kremlin Dmitri Peskov, señaló que Rusia “respeta la decisión”, pero aclaró que “Moscú es un miembro responsable del club atómico”.
– AFP, EFE y DPA
MEXICANO SE INVOLUCRA
El doctor Jans Fromow-Guerra ha pasado su vida profesional ocupado por la visión de sus pacientes y preocupado por el desarme nuclear, de acuerdo con su portal.
Forma parte de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear , AIMPGN, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2017, por su labor para abolir las armas nucleares en el mundo.
Fromow-Guerra es médico cirujano de la Facultad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y combinó la academia e investigación con el activismo, al unirse hace 26 años a la organización, llegando a ocupar el cargo de vicepresidente para Latinoamérica y actualmente es consejero.
El lunes habrá una conferencia en la Torre de Rectoría de la UNAM encabezada por el médico mexicano.
Fuente: Excélsior