La casa del Dortmund, el Iduna Park Arena, es uno de los pocos estadios en los que el Madrid todavía no ha ganado (tres empates y tres derrotas).
Es un desafío más para Zinedine Zidane, acostumbrando a derribar barreras. Ya consiguió el año pasado ganar en Múnich, repetir título de Champions, hacer el primer doblete (Liga y Copa de Europa) en la historia del club desde 1958.
Si algo ha hecho el entrenador francés desde que arribó en el banquillo del Madrid es derribar muros. Algunos del tamaño de ser el primero en repetir Champions o de completar el doblete casi seis décadas después del último, de la época del mito Di Stéfano. Estos, que llevan aparejados títulos, generan éxitos, reconocimiento y baños de multitudes con las visitas a la Diosa Cibeles.
Pero hay multitud de pequeñas gestas (récords de partidos invicto, de encuentros marcando de forma consecutiva, de victorias en campos donde antes era imposible ganar) que jalonan su trayectoria como técnico blanco.
Otra montaña
Y hoy, en su visita a Dortmund, tiene otra gran montaña para escalar. En este caso el pico, de categoría especial, es de color amarillo. El del fondo del Signal Iduna Park, que se ha convertido en una de las gradas más ruidosas, bullangueras y animadas del planeta fútbol. En uno de los estadios más difíciles de vencer por un ambiente en el que, no olvidemos, entran más de 81.000 aficionados (el campo con más capacidad de toda la Bundesliga).Pues aquí, en este entorno, el Madrid ha sido incapaz de vencer en sus seis visitas. Tres empates (el último a dos goles del año pasado) y tres derrotas (alguna dolorosa como el día de la exhibición de Lewandowski).
En la otra trinchera, estará el líder de la Bundesliga, pero Zizou sabe que una victoria eliminaría las dudas que ha provocado el mal inicio liguero en el Bernabéu (han perdido siete puntos de los nueve disputados) y lanzaría a un equipo que, no olvidemos, es el actual campeón de Liga, Champions, las dos Supercopas y el Mundial de Clubes.
En definitiva, todos los torneos posibles salvo la Copa del Rey. El triunfo, además de romper con la mala racha en Dortmund, asestaría un golpe casi definitivo al gran rival del grupo. Los de Bosz se quedarían a seis puntos de los blancos con sólo dos jornadas disputadas y teniendo todavía que rendir visita al Santiago Bernabéu. Demasiados alicientes para que Zizou no tenga marcado en rojo este encuentro, para que no ponga en liza a su mejor equipo.
Fuente: Marca
