¿Cómo le podemos llamar a una fecha que dos veces se ha llevado consigo tantas vidas? ¿Cómo no querer quitar este día del calendario sólo para pensar que esto no ha pasado?
El día que el ruido de la ciudad se cambió por el ruido de las sirenas…
Las sirenas de emergencia que se suman a las labores de rescate. Una ciudad sacudida hasta el fondo por un sismo de 7.1 grados que no sólo derrumbó varias construcciones sino el ánimo de muchos.
El ambiente se siente triste – me repito mientras camino por las calles hacia el metro- con temor de parecer exagerada pregunto a quienes me acompañan si lo sienten como yo. “No, yo lo veo todo normal” es la respuesta. Pero no, yo no, yo no veo nada normal.
Las calles vacías, el transporte que pasa muy de pronto y con apenas dos o tres pasajeros a bordo. ¿Dónde están las risas y los ruidos? ¿Dónde el bullicio del metro a reventar en plena hora pico?
Es ahí, en el Metro de la Ciudad de México, donde todo se siente aún más triste, apenas algunos pasajeros que revisan en su celular las noticias y los reportes hasta el momento. Muertos, desaparecidos, derrumbes, la CDMX está de luto… como lo estuvo hace 32 años.
“Ya es una fecha maldita”, dice alguien por ahí. Y es que, ¿cómo le podemos llamar a una fecha que dos veces se ha llevado consigo tantas vidas? ¿Cómo no querer quitar este día del calendario sólo para pensar que esto no ha pasado?
Que esos largos minutos sin poder localizar a los que queremos no sucedieron, que no estuvimos pegados a la línea intentado llamar y pensando los peores escenarios, rezando incluso sin recordar bien cómo hacerlo.
Si en pleno 2017 la vida nos pasó en 10 segundos y nos volvimos locos al intentar localizar a nuestras familias y amigos, ¿cómo habrá sido aquel peregrinar de 1985? Esta generación no sabe cómo fue aquella tragedia, no habíamos vivido una historia de este tamaño, hoy sabemos que la muerte pasa cerca, se ve y se vive.
Ahora sabemos lo que es ver caer la noche y no querer ir a dormir por el miedo a que venga la réplica, a que quizá no despertemos o tengamos la oportunidad de salir. De ser mañana nosotros quienes salgamos en las noticias y seamos una cifra, esa cifra de muertos que se mueve y cambia con el pasar de las horas. Temer la réplica que nos traiga el punto final.
Excelsior