En Nueva Zelanda quienes roban este fruto lo ofertan en redes sociales, reporta The Guardian; en primera mitad de 2016 hubo 40 hurtos a gran escala, informa
Cada vez que nosotros, u otros medios, declaramos que el asunto del aguacate ha llegado a su máximo punto, resulta que sacamos conclusiones demasiado pronto.
A principios de este verano, MUNCHIES US entrevistó al inventor del «Guac-E Talk-E», un walkie talkie en forma de aguacate y le preguntamos si habíamos alcanzado el fin del aguacate; su respuesta: «Seguro». Cinco días más tarde, reportamos un robo de $300,000 dólares en aguacate en el estado de California, lo cual demuestra que la gente realmente quiere aguacates.
Ahora, hay más crímenes sobre aguacates qué reportar. Esta vez, sucedió en Nueva Zelanda. Según The Guardian, la demanda de aguacates «está alimentando una ola de crímenes en Nueva Zelanda«, y ahora los ladrones aparentemente están recurriendo a Facebook para mover su botín.
El sargento Trevor Brown de Western Bay of Plenty, Nueva Zelanda, dijo a The Guardian que los ladrones se han vuelto más sofisticados y están presionando demasiado a los productores locales.
Estamos viendo robos a escala comercial», dijo. «Podemos ver miles de dólares en fruta robada de un sólo golpe y la situación está arruinando los medios de subsistencia de la gente… no es como robar un par de naranjas del árbol del vecino, nos lo estamos tomando muy enserio».
Brown también señaló que ha habido «cierto número de casos» de aguacates robados que se venden a través de Facebook, desde que la policía decidió eliminar los puestos de las carreteras el año pasado. Como informaron en MUNCHIES US el año pasado, hubo 40 robos de aguacates a gran escala sólo en la primera mitad de 2016, en el país austral.
La industria del aguacate en Nueva Zelanda ha estado trabajando duro para responder a la demanda nacional e internacional, vendiendo 7.7 millones de bandejas en la temporada 2016-17, un incremento del 84 por ciento respecto a la temporada anterior. Incluso han tenido que hacer un anuncio público para explicar cómo la creciente demanda de aguacalattes y modas similares están provocando mayor escasez.
En otras palabras, probablemente aún no hemos alcanzado el aguacalipsis. Abróchate el cinturón.
Excelsior