“¿Sabe qué señor obispo? Ya ve cómo soy yo, así como de loquillo… Está la oportunidad de entrar a MasterChef México, ¿cómo la ve? Además el premio es de un millón de pesos, así me construyo una iglesia, se lo doy a un asilo de ancianos y me aviento yo un comedor para ayudar a los pobres”, le dijo el padre Roberto Luna al Obispo de Ciudad Juárez.
Después de un “coco wash”, el sacerdote convenció a su jefe de que lo dejara participar en el reality show que produce Azteca y que estrena su tercera temporada este domingo a las 21:30 horas por Azteca Trece.
Esta no es la primera vez que un religioso participa en un programa de televisión. En la primera temporada de la emisión, la hermana Flor fue una de las figuras más populares.
La religiosa de Puebla contó con el apoyo del público, incluso en las redes sociales y obtuvo el tercer lugar en la competencia culinaria.
Otra monja que se dedicó a la televisión por un tiempo fue Cristina Scuccia, quien ganó la temporada 2014 de La Voz Italia.
“Yo creo que es una oportunidad de mostrar lo que somos, también me motivó un programa de canto, donde ganó una monja. El Papa Francisco nos ha mandado, salgan, vayan, hagan presencia. Es la cultura del encuentro. Me da confianza y hasta de sentirme como enviado, es una fuente de esperanza muy padre”, dice.
El clérigo Beto Luna dice que la ayuda celestial es muy padre y la acompaña a todas partes, así que espera poder hacer algo bueno en el programa de televisión. “Miedo sí siento, pero vamos a bajar todos los santitos de la iglesia para maromear con ellos y a ver que sale”.
Y es que él es una de las figuras que más ayuda en su comunidad. Apoya a las mujeres que están en el CERESO de Ciudad Juárez, quienes siempre necesitan cosas básicas como pasta de dientes, papel de baño y hasta toallas sanitarias.
También estuvo a cargo de un tutelar de menores, en donde con consejos consiguió que varios de ellos retomaran el buen camino y ahora le toca casarlos o bautizar a sus hijos.
Además, está al pendiente de personas de la tercera edad que siempre acuden con él para recibir alimentos y ayuda.
“Yo tengo todo el día abierta la iglesia aunque esté sola, tengo la clave del internet abierta, para que los chavos estén aquí. Ese carácter social es lo que me mueve”, explica.
Luna ha tenido a su cargo la iglesia de Corpus Cristi desde hace 11 años. “Lo que se ve aquí son realidades muy difíciles y es una relación muy de tú a tú, de cara a cara”.
Fue así como una familia de su congregación le animó a entrarle al programa, hacer el casting con un plato de codito, champiñones y salsa de tomate como presentación.
“Yo les dije; pues vamos a darle y a empezar a coquetear con ese rollo y pues tómale, quedamos. Esa familia me ayudó para lo del correo electrónico. Me anima que le cocinamos a nuestro señor todos los días, ¿por qué no vamos a cocinarle a la racilla? Me acerqué al casting para cocinar algo sencillo y rico, como yo, que tengo una personalidad sencilla y directa”, explica.
Roberto Luna tiene 20 años de sacerdote, 45 de edad y “con un corazón de 18, ando pero con todo, bien motivadote, aunque físicamente luego no la armo”, dice entre risas.
Alejandro Esquivel, productor de la emisión, señala que más allá de su fe, el sacerdote tiene muchas causas sociales que ayudarán a generar empatía con el público.
“No sabemos qué va a pasar, pero intuimos que podría repetirse lo que sucedió con la hermana Flor y que muchos la apoyaron”.
En esta ocasión serán 54 participantes los que buscarán ser de los 18 elegidos para estar dentro de la competencia. Los jueces volverán a ser Betty Vázquez, Benito Molina y Adrián Herrera, con la conducción de Anette Michele; el premio: un millón de pesos.