Lotes de venta de autos usados operaban con irregularidades. En operativo realizado por la Profeco en días pasados, fueron suspendidos el 90 por ciento de los negocios revisados, ello por cuestiones de publicidad engañosa o por no existir claridad en los contratos de adhesión, informó la delgada de la procuraduría, Dalia Garrido Rubio.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a nivel nacional arrancó con el Operativo de verificación en lotes de autos, para evitar la comercialización de vehículos robados.
La delagada de la Profeco en Querétaro, Dalia Garrido Rubio, indicó que en este primer operativo fueron verificados 14 lotes de venta de autos en la entidad, y aunque no hubo inmovilización de vehículos por sospecha de robo, sí se efectuaron suspensiones en 90 por ciento de los establecimientos por cuestiones de publicidad engañosa o por no existir claridad en los contratos de adhesión.
Comentó que en el operativo participó casi todo el personal de la procuraduría y ante las irregularidades de los establecimientos exhortó a los responsables a cumplir con los requerimientos que precisa la Ley Federal del Consumidor y con esto evitar daños a su economía y al prestigio de sus negocios.
«Hubiera sellos de suspensión yo creo que en el 90, 80 por ciento de los lotes de autos que verificamos y yo, personalmente, les hice el exhorto y la recomendación, que lo mejor era que se comercializara de acuerdo a lo que establece la ley para evitar sanciones y problemas y daño a su economía y al prestigio de sus establecimientos. Fue un operativo muy intenso donde participamos prácticamente la mayoría del persona de la procuraduría», apuntó.
Añadió que las multas mínimas por exponer publicidad engañosa, no tener precios a la vista o no cumplir correctamente con el contrato de adhesión son de 50 mil pesos, y estas pueden aumentar según las faltas que se detecten en la vericación.
Finalmente expresó que los lotes que tienen sellos de suspensión tienen un plazo de 10 días para regularizar sus pendientes y hacerlo saber a la procuraduría.
Por: Iraí Silva