Cuando se tapan los oídos, en realidad están bloqueadas las trompas de Eustaquio (las cuales se encuentran entre las orejas y la parte trasera de la nariz). Como resultado de esto, tus orejas se sentirán un poco “llenas” o presionadas y podrías sentir dolor, mareo y, lo más seguro es que no escucharías muy bien.
Puede suceder por varias razones; desde un resfriado, cambio de presión, hasta una fea acumulación de cerilla. El remedio más popular es destapar el oído con un hisopo, pero no hay algo PEOR que podrías hacer. La cerilla está ahí para proteger la parte interna de la oreja y prevenir una infección, si la retiras o la empujas dentro, podrías dañar el oído, provocando serias consecuencias.
Jamás deberías meterle algo al oído que pueda romper la membrana timpánica, lo cual puede ser SÚPER doloroso y provocar una infección que, a la larga, podría afectar tu sentido del oído. Los oídos se limpian solos, no necesitan una ayuda extra para quitarles la cerilla.
Sin embargo, eso no quiere decir que debas esperar a que tus oídos se destapen por sí solos. Puedes recurrir al método típico de taparse la nariz y soplar dentro de la boca para destapar los oídos, o también puedes mover la quijada de un lado a otro y tragar para ecualizar la presión dentro de las trompas de Eustaquio. También puedes mascar chicle, bostezar e inhalar vapor.
Si tus oídos se tapan después de haber viajado en avión o buceado, el escenario es completamente diferente, pues la causa está en una diferencia de presión en la parte interna y externa del oído. Aquí puedes taparte la nariz y soplar dentro de la boca o mover la quijada de un lado a otro.
Y si todo falla, consúltalo con un doctor, puede que el culpable sea tu cerilla.
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FUENTE:Eme de mujer