La bomba no nuclear más potente de Estados Unidos destruyó el jueves un bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el este de Afganistán, matando al menos a 36 de sus combatientes, indicó ayer el gobierno afgano, que descartó víctimas civiles. Sin embargo, el EI desmintió haber sufrido bajas, en un comunicado publicado por su agencia de propaganda Amaq.
La aviación estadunidense utilizó el jueves por primera vez en combate la bomba aérea de artillería masiva (MOAB) GBU-43/B, apodada la “madre de todas las bombas”, contra posiciones del EI en el distrito de Achin, situado en la provincia oriental de Nangarhar, fronteriza con Pakistán.
El bombardeo no sólo dañó instalaciones del EI en el país, sino que también envió una señal a los insurgentes talibanes, mucho más numerosos en Afganistán, antes del inicio de su ofensiva de primavera.
“El bombardeo destruyó reductos estratégicos de Dáesh (acrónimo árabe del EI) y una red profunda de túneles y mató a 36 combatientes del EI”, indicó el
Ministerio de Defensa afgano en un comunicado.
La bomba, lanzada desde un avión de transporte MC-130, pesa 9.8 toneladas y tiene una potencia equivalente a la de 11 toneladas de TNT. En principio fue un arma fabricada para disuadir al entonces régimen del presidente iraquí Saddam Hussein durante los años 90 del siglo pasado.
La explosión del jueves retumbó en varios kilómetros a la redonda y envolvió en llamas la zona del impacto destruyendo, según las autoridades locales, una red de cuevas y túneles subterráneos que los yihadistas habían minado para impedir un asalto de tropas terrestres.
Un vídeo publicado por el ejército estadunidense muestra el momento del bombardeo y la humareda provocada por la explosión en un terreno accidentado. El mandatario de EU calificó la misión en el distrito de Achin de “muy, muy exitosa”. Una fuente cercana a los insurgentes afganos indicó, bajo anonimato, que varios habitantes sintieron temblar el suelo “como durante un sismo”, y que muchos se desmayaron debido a la potencia de la onda expansiva. Según otra fuente vinculada a los talibanes, entre 800 y mil combatientes del EI se escondían en la zona montañosa, blanco del ataque.
“Los combatientes del EI son activos aquí, se adueñaron de nuestras casas”, contó un habitante de Achin.
Excelsior