Apasionadas, disciplinadas y orgullosas de portar el uniforme del ejército, las mujeres que forman parte de la Fuerza Armada Mexicana enaltecen su amor por el país y por servir a los mexicanos.
Los antecedentes de la incorporación de la mujer en la milicia tuvieron como lugar las áreas de administración y enfermería, con el paso de los años su presencia empezó a notarse en otros espacios de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Brenda Zulema Ochoa Ibáñez es soldado auxiliar oficinista de la décima zona militar, la cual se encuentra en el estado de Durango, aunque tiene poco de haber ingresado al ejército, refiere que cada vez es más evidente la apertura que se les da a las mujeres para formar parte de esta institución y resalta que es importante que la sociedad se entere de que la igualdad en la milicia es una realidad.
«Yo considero que algunas personas aún tienen esa percepción de nada más para los hombres, todavía veo la sorpresa sobre todo en los niños de ver a una mujer vestida de militar, es bonito, ver como se emocionan y te saludan pero es importante que vean que la igualdad existe y es una realidad», expresa.
Ella menciona que el respeto es un valor que caracteriza a sus compañeros y compañeras y pese a que en ocasiones le es difícil separarse de su familia –en particular de su pequeño hijo- expresa que es un honor servir a la nación.
Otro caso de éxito y pasión es el de la Teniente Enfermera Griselda Mondragón Santamaría, quien lleva 18 años al servicio del ejército y actualmente se desempeña como instructora en un plantel militar dando clases a las nuevas generaciones.
La Teniente expresa que es una satisfacción muy grande llevar una vida como militar, y basándose en la especialidad que eligió le es muy grato saber que puede ayudar al prójimo.
«Me encantó porque es… No sé, el tener una vida militar es, el sentir que puedo ayudar al prójimo, sobre todo por la especialidad en la que elegí y me encanta el uniforme, el marchar el correr, la disciplina que tenían me llamó mucho la atención y más que nada ingresé por el amor al país que es lo que me gusta», comparte.
Refiere que sentir la confianza de la gente a través de sus expresiones de afecto, la motivan mucho y la llenan de orgullo pues significa que desde su posición están haciendo las cosas bien.
«Es un orgullo, el pertenecer al ejército mexicano, caminar por las calles ver y que la gente te regrese a ver cuando estás uniformada, que la gente te aplauda en los desfiles, la verdad me emociona, hasta me da nostalgia, siendo realista, de pertenecer, es muy orgulloso que nos vengan a ver. Siento que el pueblo nos quiere, nos aprecia, y pues demostramos o más bien transmitimos la confianza que el pueblo necesita para que ellos se acerquen con nosotros que no somos tan rígidos, tenemos ese amor con el prójimo más que nada para convivir».
Entre sus objetivos a futuro destacó el seguir ascendiendo en la carrera militar y también celebró que a partir de este año los hombres tengan la oportunidad de entrar a la escuela de enfermería tras casi 75 años en los que solo ingresaban mujeres.
Por su parte, Cecilia Palma Martínez, Teniente de Fuerza Aérea Aerologista, comparte que fue en el año 2007 la primera ocasión en la que ingresaron mujeres a la Fuerza Aérea Mexicana, ella entró en el 2009 y con 14 compañeras fue la tercera generación en esta área.
Cuando apenas se incorporaba el personal femenino a la Escuela Militar de Especialistas de Fuerza Aérea, para los hombres era difícil ver a sus compañeras realizar las actividades que ellos ejercían; no obstante las labores diarias fueron adaptadas de tal manera que se logró la equidad.
«En esa escuela eran puros hombres, entonces era un poco difícil para ellos ver mujeres ahí porque pues era algo nuevo; ellos toda su vida habían convivido y ellos mismos habían estudiado como con puros hombres, entonces había muchas actividades a las cuales ellos pensaban que nosotros no, que a lo mejor nosotros no podríamos que a lo mejor no podríamos lograr de la misma forma ¿no? Pero al momento de que nosotros llegamos trataron de adaptar todo de tal forma de que existiera la equidad tanto de hombres y mujeres de realizar las mismas actividades, muchas veces por fisionomía del cuerpo del hombre, de la mujer, pues los parámetros por ejemplo en las pruebas de capacidad física eran diferentes, pero todo es adecuado a hombres y mujeres», señala.
Ahora la teniente recuerda que se graduó en el 2012 y comparte algunas de las responsabilidades del personal de Aerologista.
«Yo me gradué en el año 2012 como subteniente de Fuerza Aérea Aerologista y la misión del personal de Aerologista es proporcionar la información meteorológica al personal de pilotos aviadores como apoyo a las operaciones aéreas que realiza la Fuerza Aérea Mexicana dependiendo el organismo en el que nos asigne a la hora de graduarnos, pero también préstamos apoyo a las operaciones que realiza el ejército», indica.
Tal como lo manifiestan otras mujeres del ejército, Cecilia expresa que no existe diferencia ni en los tratos ni en las actividades que realizan tanto hombre como mujeres, hoy en día no hay límites para ascender a ningún cargo.
«Yo no creo que haya ninguna diferencia ya que todas las actividades que realizamos ya son tanto para hombres como para mujeres, todas las actividades las realizamos juntos; únicamente estando internos al momento de ir a descansar a nuestros dormitorios o así es diferente pero de ahí en fuera todo es igual. Cuando nosotros vamos a promoción para ascender de grado igualmente las vacantes, los lugares son igual. Nosotras las mujeres concursamos con hombres y mujeres, es lo mismo, no hay ninguna diferencia», puntualizó.
La Escuela Superior de Guerra, el Heroico Colegio Militar, El Colegio del Aire, la Escuela Médico Militar, la Escuela Militar de Odontología, la Escuela Militar de Enfermeras, son algunas de las opciones a las que puede ingresar todo mexicano o mexicana.
Por: Iraí Silva