Durante ocho años, el productor Alejandro Gou buscó los derechos del musical Billy Elliot. Tras obtenerlos, montó una academia para preparar a los protagonistas infantiles, rostros nuevos en su mayoría, quienes durante más de once meses ensayaron todos los días para el estreno. Remodeló el Centro Cultural Teatro II y se aventuró a abrir el telón frente a un panorama económico adverso, tras la caída del peso ante el dólar. Hoy es un hecho. El telón fue abierto y el recinto, abarrotado.
Desde las funciones previas y hasta la de gala que se vivió la noche del martes, el público ovacionó de pie al montaje mexicano de la historia basada en la película homónima del año 2000. La gratitud de los asistentes no sólo ocurrió al final, sino entre números musicales, tras conmovedoras escenas y la energía de la compañía que apuntó en todas direcciones hacia las butacas.
La emoción de los espectadores fue expresada con gritos, aplausos, a veces con llanto y otras, las más, con una sonrisa, al ser testigos del trabajo de una compañía sólida, profesional y sensible en la que la apuesta fue el talento más allá de los nombres de los actores.
Es así como el personaje de Billy Elliot —un niño de once años quien desea dedicarse profesionalmente a la danza, a pesar de la negativa de su padre, un minero en crisis durante la huelga del rubro en 1984 en Reino Unido, quien considera que el baile es sólo para niñas— será alternado, en la temporada que inicia, por cinco niños mexicanos, todos ellos con la habilidad y la pasión por bailar: Mauricio Arriaga (Ciudad de México), Aarón Márquez (Córdoba, Veracruz), Ian González (Aguascalientes), Jesús Trosino (Córdoba, Veracruz) y Demián Ferráez (Mérida, Yucatán).
Así lo demostraron en la función de gala y presentación previa de dos números musicales a los medios de comunicación. Los niños después recorrieron la alfombra roja con la inocencia de difundir su trabajo y el de sus compañeros, con quienes se abrazaron en cada entrevista.
Los actores Anahí Allué y Hernán Mendoza, quienes han dedicado gran parte de su vida al teatro, arroparon a los jóvenes con personajes entrañables, a quienes les cuesta expresar sus emociones, pero que en el fondo entienden el talento de Billy: la Sra. Wilkinson, profesora de ballet, y el papá de Billy Elliot.
La maestra de Billy es un papel soñado por mí. Es muy difícil de hacer, porque es una mujer inglesa a quien le cuesta expresar lo que le pasa, pero se conmueve cuando ve bailar a Billy por primera vez. Cada niño es un universo diferente. El público termina de pie, porque ver la historia en vivo es ver su complejidad escénica, coreografías en vivo y el trabajo de estos niños”, señaló Allué en entrevista.
Es una obra muy poderosa. Quienes han visto los previos salen conmovidos, divertidos, reflexionando. Está muy bien escrita y la producción es de primer nivel. Jamás había hecho musicales, no pensé poderlo hacer, pero me impulsaron y he aprendido a cantar, aunque actúo que canto. Espero que todos los papás de México que la vean, se queden con la sensación de apoyar a sus hijos, dejarlos ser independientes y luchen por su individualidad”, afirmó Mendoza.
Norma Lazareno y Concepción Márquez compartirán el papel de la abuela, mientras que el puertorriqueño David Álvarez, ganador del Tony Award por Billy Elliot en Broadway, interpretará al personaje de Billy adulto.
La obra está al nivel de lo que hice en Nueva York y por eso estoy contento de ser parte de este elenco. Además de ser la primera vez que se hace en español”, dijo Álvarez.
La simpatía, correspondida con otra ovación de pie, corrió a cargo de los intérpretes de Michael, el niño amigo de Billy, quien gusta de los juegos y ropa de niñas. Ellos son los actores Anthon Mor, Eduardo Minett y Gael Cortés.
Por la alfombra también desfilaron Susana Zabaleta con su pareja, el actor José Roberto Pisano y su hijo Mateo, Gabriela de la Garza y su hijo, Mónica Huarte, Danna Paola, Carla Medina, Lambda García, Mario Iván Martínez, Manolo Caro, Damayanti Quintanar, Ernesto D’Alessio y su esposa Marichelo, el productor Guillermo Wiechers, entre muchos más.
