La potente voz de Lady Gaga no necesitó de ningún invitado para captar la atención de los más de 70 mil aficionados del NRG Stadium que vieron cómo la cantante pop logró un espectáculo en el cual dio un repaso a sus mayores éxitos, acompañada de bailes con luces que conformaron fanáticos que tuvieron la posibilidad de estar sobre el emparrillado.
El mensaje de inclusión que Gaga prometió en la semana lo cumplió al empezar con la frase “todos somos iguales, esta tierra es tu tierra”, que provocó aplausos de los asistentes, mientras la neoyorquina vestida con unleotardo plateado hizo cantar al público con “Poker face”.
Como desde varias ediciones no sucedía, Gaga fue ama del escenario y soltó sus monstruos. Dominó su performance bailando con tacones y tocando dos instrumentos que reflejaron su condición física y calidad de artista.
La gimnasta y medallista olímpica estadounidense, Simone Biles, ayudó en la preparación física de la artista de 30 años de edad.
Los colores de Pepsi, que patrocinó el espectáculo de medio tiempo, coincidieron con los de la bandera de Texas, situación que la Mother Monster aprovechó para darle vida en color al logo del estado de la estrella solitaria.
El refrán de “En Texas todo es más grande” quedó acorde para la gigante de metro y medio de estatura. Sus tres cambios de vestuario coordinaron perfectamente con el repertorio.
Minutos antes de que comenzara el show, el techo retráctil del inmueble, casa del Super Bowl LI se abrió para permitir que el arsenal de fuegos artificiales pudiera respirar.
De la yarda 50 y a media altura apareció Gaga, que simuló caer desde la parte más alta del NRG stadium, mientras drones formaron la bandera de Estados Unidos.
“Born this way” fue la segunda canción que Stefani Joanne Angelina Germanotta interpretó ante un público que, con celular en mano, inmortalizó el momento.
Con “Telephone”, que salió a la luz en 2010, el campo se volvió un circo de tres pistas. Gaga no desafinó, a pesar de bailar a lo largo de los 13 minutos que duró su presentación.
Con las pantallas apagadas, Lady Gaga puso a bailar a sus fans con “Just dance”, mientras que pidió que todos los presentes en el estadio prendieran las luces de sus teléfonos para volverlo un espectáculo de inclusión.
Durante la semana se filtró que el show tendría un costo de 10 millones de dólares, aunque más bien fue discreto. Lady Gaga no necesitó de mucho para ser la reina del medio tiempo y alejarse de toda polémica.