El número de víctimas mortales del incendio que se inició el viernes 2 de diciembre en una bodega en Oakland (California) aumentó a 36, aunque las autoridades aseguran que podría seguir creciendo, según un nuevo reporte emitido este martes
Hasta el momento han sido identificadas 33 de los 36 cuerpos. Una de las víctimas del incendio hay una persona de Guatemala, según el alguacil Gregory Ahern.
Hay además víctimas de Finlandia y Corea.
Nancy O’Malley, fiscal del condado Alameda, dijo que su oficina trabaja con las autoridades policiales y de bomberos para determinar si hay un móvil criminal.
Tya Modeste, directora de la Oficina del Alguacil del condado de Alameda, confirmó también en una conferencia de prensa que de las 36 víctimas mortales solo 11 han podido ser identificadas y que sus familias ya fueron notificadas.
El edificio de dos plantas, que en el momento del incendio era utilizado para una fiesta electrónica, ardió el viernes por la noche. Las autoridades han tenido muchas dificultades para entrar, remover los escombros y recuperar los cuerpos por el estado en que quedó el edificio, que todavía reviste peligro para los cuerpos de rescate. Aún no son claras las causas que produjeron el incendio.
Según Melinda Drayton, jefe del batallón de bomberos de Oakland y quien ha estado en el departamento desde hace 19 años, esta es la peor tragedia en la historia de la ciudad. Un incendio en Oakland Hills en 1991 dejó 25 muertos.
La alcaldesa de Oakland, Libby Schaaf, calificó el siniestro de «inmensa tragedia» y se comprometió a dar toda la información que pueda compartirse con el público tan pronto como sea posible.
El periodista independiente Sam Lefebvre dijo que mucha gente estaba llegando al lugar cuando comenzó el fuego, ya que la fiesta iba a durar hasta muy tarde. La bodega es una especie de espacio artístico con muchos decorados antiguos y muebles, dijo Lefebvre a CNN.
Para cuando llegó al sitio de la fiesta, John Evanofski vio llamas gigantescas que iluminaban la noche en medio de columnas de humo negro.
«Podías sentir el calor de las llamas», le dijo a CNN. «La mayoría de nosotros lloraba o era incapaz de reaccionar. Hacía mucho calor y era terrible saber que muchos de nosotros estábamos todavía dentro».
Familiares y amigos acudieron preocupados a las redes sociales para saber el paradero de sus seres queridos.
Una página de Facebook creada para el evento se convirtió en un foro donde amigos y familiares de las víctimas que escribían mensajes desesperados en busca de noticias sobre sus conocidos. Los sobrevivientes ponían sus nombres para informar que estaban bien.
Para el cineasta y fotógrafo Bob Mulé, la bodega era tanto su hogar como su comunidad.
Mulé, de 27 años, dijo a CNN que más de 20 personas vivían en el edificio, pagaban renta y estaban todos involucrados en la creación del espacio.
El edificio es conocido como «el barco fantasma».
Fotos en internet muestran su interior lleno de instrumentos musicales, relojes, camas, sofás, mesas, bancas y artefactos. Lámparas exóticas colgaban del techo y pinturas adornaban las paredes.
Darin Ranelletti, director interino de planeación y construcción de Oakland, dijo el sábado a reporteros que la ciudad solo había dado permisos para que la edificación fuera utilizada como bodega, no para residentes.
Fuente: CNN en Español