El actor hollywoodense de 60 años, que actualmente promociona su cinta ‘Inferno’, se siente un afortunado de haber hecho las elecciones correctas de personajes e historias en su carrera.
El actor estadounidense Tom Hanks, a quien hoy premió la Fiesta del Cine de Roma por su trayectoria artística, dijo en una conferencia en la capital italiana que «la mejor vara para medir el éxito de un actor es la longevidad» tanto física como artística.
«Puedo decir que, al revisar mi carrera, me siento el actor más afortunado del mundo. La mejor vara para medir el éxito de un actor es la longevidad física y artística», destacó Hanks para después confesar que no suele reflexionar sobre sus películas pasadas.
El actor, reconocido especialmente por papeles como Forrest Gump (1994) o el náufrago de Cast Away (2000), aseguró que «siempre existe el riesgo de ser vinculado con un personaje hasta el punto de no poder representar otro» en el futuro.
No obstante, aseguró reconocer «instintivamente» los personajes que le interesan y afirmó que nunca se ha arrepentido de rechazar un papel.
Es más difícil decir ‘sí’ que ‘no’. Decir que sí es muy fácil porque te pagan bien, quizá puedes besar a una bella mujer, te cortan el cabello y puedes rodar en Dubái o Roma», explicó.
Pero aseguró que «es preciso estar atentos porque algunas veces, sobre todo en ciertos filmes, hay aspectos que no interesan y que no requieren una pasión absoluta y, si esta falta, hay que decir que no».
Hanks compagina la interpretación con la producción, si bien confesó que prefiere ejercer como actor.
El actor no debe explicar nunca nada a nadie, únicamente debe comprender lo que debe hacer y hacerlo. Es protegido, hace lo que quiere, no tiene responsabilidades. El productor debe llamar por teléfono, rogar a gente, seguir todo y a todos», señaló.
En este sentido destacó el filme Cast Away, que produjo además de protagonizar y sobre el que empezó a trabajar siete años antes de su estreno, en diciembre de 2000.
DE CLINT EASTWOOD Y AL FEDERICO FELLINI
Hanks manifestó su aprecio hacia Clint Eastwood, a cuyas órdenes se ha puesto para rodar Sully (2016) y a quien calificó de «leyenda».
«Eastwood ha hecho algunas de las películas más sofisticadas jamás vistas», refirió, poniendo como ejemplo Mystic River (2003) o Invictus (2009).
El actor recordó entre risas el método de rodaje de Eastwood, «sin pruebas y sin discusiones sobre el personaje».
No quiere desaprovechar el tiempo. Te hace grabar y si no funciona rehace la escena. Su dirección es así. Es necesario estar siempre preparados (…) Eastwood no dice: ‘Acción’. No hay gritos, solo pocas pero buenas palabras», dijo imitando el acento del Oscarizado cineasta.
Por último no descartó trabajar junto a un director italiano en un futuro y demostró su conocimiento sobre la cinematografía del país al recordar películas «impactantes» como La Strada (1954) u Ocho y Medio (1963), de Federico Fellini.
Y apostó por un dúo junto a Roberto Benigni, Oscar por La Vita è Bella (1997): «Juntos seríamos muy fuertes», consideró.
La XI Fiesta del Cine de Roma premió en una ceremonia a la que asistió la actriz italiana Claudia Cardinale la trayectoria profesional de Hanks, al que el evento dedica una sección para revisar toda su filmografía.
Fuente: Excélsior